El viaje de un joven guerrero a través de la adversidad, la esperanza y una determinación imparable
Del diagnóstico a la determinación: El viaje de esperanza y resistencia de Stefany
En abril de 2022, tras años de inexplicables dolores de cabeza, mareos e innumerables visitas a especialistas, Stefany, de 19 años, recibió por fin un diagnóstico que le cambiaría la vida: un tumor cerebral. Sin embargo, su viaje empezó mucho antes.
Desde los 12 años, Stefany soportó incesantes síntomas sin obtener respuestas. A los 16, un desmayo la llevó de nuevo a urgencias. A pesar de las negativas iniciales, la madre de Stefany se negó a aceptar vagos consejos. Su insistencia en que se hicieran más pruebas la llevó finalmente a someterse a un TAC que reveló la verdadera causa de los problemas de Stefany.
El diagnóstico de craneofaringioma fue devastador, pero la madre de Stefany se puso manos a la obra, decidida a encontrar la mejor atención posible. Stefany vivía en México y las opciones locales eran escasas. La investigación de su madre les llevó al St. Jude Children's Research Hospital de Memphis (Tennessee). Sin embargo, llegar allí sería otra batalla.
Aunque Stefany nació en Carolina del Norte, sus padres -su padre mexicano y su madre peruana- carecían de visado. Sus solicitudes de visados humanitarios fueron denegadas, por lo que no les quedó más remedio que cruzar la frontera para acceder a la atención que Stefany necesitaba desesperadamente.
En Memphis, Stefany se sometió a dos craneotomías, recibió un reservorio Ommaya y completó 30 rondas de radioterapia de protones. El tratamiento provocó el colapso de su tumor, pero también la dejó con una cascada de problemas de por vida, como diabetes insípida, insuficiencia suprarrenal, hipotiroidismo y, más recientemente, diagnósticos de disautonomía y daño vestibular.
Sin embargo, a pesar de todo, Stefany sigue siendo un faro de fortaleza y positividad. Sus palabras reflejan una profunda resistencia:
"Nada me detiene. Sigo adelante porque soy resistente, porque soy una guerrera y puedo. Con todo y contra todo."
Hoy, Stefany anima a otros supervivientes de craneofaringioma a perseverar y perseguir sus sueños. Su historia es un testimonio del poder de la esperanza, la determinación de una familia cariñosa y la fuerza que da enfrentarse a los mayores retos de la vida.
Para todos los que se enfrentan a luchas similares, Stefany comparte este sentido recordatorio:
"Dios nunca nos abandona. Siempre hay una luz de esperanza."
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