A Anastasia Rafter, una niña de dos años de Niagara Falls (Nueva York), le diagnosticaron un tumor agresivo en el quiasma óptico el 20 de diciembre de 2016, a los 8 meses de edad. El tumor la dejó completamente ciega. Fracasó toda la quimioterapia estándar y se sometió a cirugía en octubre de 2017, donde se extirpó 50% de su tumor, pero la cirugía destruyó su glándula pituitaria.
Anastasia desarrolló diabetes insípida y se deshidrató gravemente, lo que le provocó un gran coágulo en el cerebro y la pérdida del uso del lado izquierdo. No podía comer ni beber y, con el tiempo, dejó de hablar y sonreír.
Anastasia pasó un total de 98 días en el hospital debido a los niveles inestables de sodio y al crecimiento agresivo del tumor. En diciembre de 2017, su familia recibió la noticia de que no viviría mucho más.
Finalmente, Ana pudo someterse a un ensayo en régimen de cuidados compasivos. Milagrosamente, el tumor empezó a reducirse a gran velocidad. Ha recuperado el movimiento del lado izquierdo, come y bebe por sí misma, tiene mucho que decir y ¡está empezando a ponerse de pie otra vez!
Ha demostrado ser fuerte, pero la DI ha sido un reto durante el último año. Ha tenido que pasar muchas estancias en el hospital por bajadas drásticas de sodio. Anastasia ha estado increíble luchando contra un cáncer contra el que la mayoría de los médicos no creían que pudiera tener ninguna oportunidad.
Ana vive a seis horas del hospital que la trata y su hospital local no está familiarizado con el tratamiento de la DI. Según su madre, Lenee, "Anastasia ha sufrido mucho en sus escasos dos años de vida. En diciembre de 2017 le dieron solo dos meses de vida. Ha luchado mucho y sigue luchando, pero la diabetes insípida se ha convertido en uno de sus mayores retos. El [analizador de sangre] le cambiaría la vida".
Gracias a nuestros donantes por su continuo apoyo para ayudar a familias y supervivientes como Anastasia. Esperamos que tener este dispositivo a mano ayude a esta dulce niña a seguir superando las adversidades.